Casi todas las medidas relacionadas con la educación que se han aplicado en España y han salido en los medios de comunicación en los últimos 20 años se han centrado en los extremos del sistema, y en la etapa favorita de los políticos de todas las tendencias: 3º y 4º de la ESO, que se hacen con la edad de los antiguos 1º y 2º de BUP, es decir, 14-16 años.
Recapitulando, primero se alargó la educación obligatoria de los 14 a los 16, una medida que muchos criticaron. La clave es que esos dos años favoritos de los políticos pasaron a formar parte de la educación obligatoria y nadie se ha planteado nunca en serio que dejen de serlo. Simultáneamente, se redujo cuántas veces se podía repetir curso, hasta el punto de que según la leyenda urbana en el sistema actual no se repite nunca.
Se mejoró y amplió la educación pre-obligatoria, que ahora se llama Infantil. Aquí, la tendencia ha sido el electoralismo de «los niños están recogidos para que las madres puedan ir a trabajar». Ojo que no hablo de nadie más que de los políticos. Han visto que la salida más fácil al conflicto entre madres, niños, el resto de la familia, trabajo, salario, y que el día sólo tiene 24 horas es ésa.
Yendo al otro extremo del sistema, hace 20 años que tenemos un Bachillerato corto. El PP tiende a cuidarlo (que en este país quiere decir cambiarlo, o intentar cambiarlo) más que el PSOE. Pero no hay mucho que hacer por ahí mientras siga siendo corto y con Selectividad fijada por las Universidades y no por el Ministerio de Educación. Un Bachillerato de dos años es un Curso de Acceso a la Universidad Para Menores de Edad.
Así que los esfuerzos de los políticos se han centrado en universalizar la fase de la educación en la que los niños son más problemáticos: cuando son muy pequeños. Y en decir que les gustaría que el Bachillerato fuera como el que hicieron ellos: años largos y dorados en el recuerdo, de estudiar cosas teóricas que sirven para poco o nada en el mercado laboral. Y finalmente, en cambiar una y otra vez qué hacen los estudiantes en el final de la obligatoria. Cuando los alumnos tienen… ¿cuántos años dije al principio? ¿Entre 14 y 16? Perdón. Entre 14 y 18, si contamos a los repetidores. Resumiendo, la fase de la vida más problemática para los padres después de que los niños sepan hablar y no usen pañales.
Todos los esfuerzos de los políticos se centran en los bebés y en la adolescencia por la sencilla razón de que de los 5 a los 11 años, los niños dan pocos problemas y los padres piden pocas soluciones. Pero lo que ocurre en la práctica con todas las medidas y cambios que nos proponen en 3º de la ESO es que a menudo llegan tarde. Dos ejemplos prácticos.
Por las razones que sea, Pepe aprende despacio. Repitió un curso de primaria. No se entera bien de lo que se explica cuando es todo teórico. Si las cosas son prácticas, se equivoca varias veces hasta que le sale. Esto significa que tarda tranquilamente casi el doble que sus compañeros en asimilar cada contenido en muchas materias. Sus profesores de 1º de ESO tienen poco tiempo para prestarle atención personalizada, aunque tiene apoyo en Lengua y Matemáticas. ¿Repite 1º? ¿Repite 2º? Si repite un curso, llega a 3º con 16 y con vistas a graduarse con 18. Si repite 1º y también 2º, no nos salen las cuentas.  De todas formas, lo mejor que le puede pasar es que lo metamos en Diversificación, con grupo reducido y menos profesores no sólo para lengua y matemáticas, sino para la mitad de las materias. Diversificación existe para 3º y 4º.
Otro ejemplo. Loli dice que no quiere estudiar. Conducta, un desastre. Actitud, bajo cero. Puede que sepa en qué quiere trabajar y puede que no, pero el caso es que aquí y ahora no quiere ni abrir el libro. Repite una vez primero, una vez 2º, cumple 16, y desaparece del instituto como si la hubiéramos dejado salir de la cárcel. Da igual qué medidas tengamos pensadas en el final de la obligatoria.
En la ESO, el «curso tapón» es 2º porque es donde cumplen 16 años los alumnos que han repetido dos veces. Esto es algo que los políticos que quieren arreglar el fracaso escolar no ven: el problema no está en el curso que Loli no alcanza a hacer. No tenemos que hacer que el final de la obligatoria sea más fácil o más corto. Tenemos que conseguir «pescar» a los fracasados potenciales en la primer vez que cursan el primero de los dos años que repiten. Sería fácil coger una estadística y ver cuál es el año más repetido en la obligatoria, primaria y secundaria, y concentrar algunos recursos más en ese año y en el inmediatamente anterior. Y ya está. Sólo pido eso. Aunque el año clave sea 1º de la ESO y mi propuesta suponga dar un empuje extra a un año tan poco fotogénico como 6º de Primaria.

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