Este fin de semana he participado en el Encuentro Andaluz de Blogs Educativos 2012 (EABE 12), que tuvo lugar en Carmona (Sevilla). No estaba allí por tener un blog educativo, ni yo ni la mayoría de los participantes, porque en sus cuatro convocatorias este encuentro ha acabado por convertirse en «Encuentro de la comunidad educativa con interés en la innovación». Comunidad educativa y no profesorado porque allí había de todo. Infantil, primaria, secundaria, universidad. Familias, docentes, y personal tipo Orientación/Educación Social. Nada más que faltaba personal de limpieza y mantenimiento, y políticos.
Mi experiencia de novata total fue estupenda. El encuentro tenía un equilibrio excelente entre hacer contactos y vida social, trabajar pequeños proyectos en grupos de unas 10 personas, y sentarse a escuchar mesas redondas (había ronda de preguntas pero fueron mucho más breves que la parte de escucha). Además, a pesar de que muchos participantes tenían larga experiencia en EABEs o en los temas que se trataron, se nos acogió muy bien a los que no conocíamos a nadie o no tenemos las cosas nada claras cuando se está hablando de innovación educativa de calidad.
¿Y qué es eso de la innovación educativa? Pues lo llamo así porque no se trataba exactamente de hablar de «internet en el aula» o de nada parecido sino de una concepción global de una enseñanza más práctica y mejor. Las TIC se dan por supuestas, y lo que se comentó sobre ellas casi se limitó a comentar si en un centro o en otro se disponen de todos los medios necesarios para las actividades que quiere hacer un profesor. El centro del debate sobre el tema fueron más bien las redes profesionales, es decir, cómo el uso de todo tipo de tecnologías permiten expandir las redes de comunicación con el fin, ante todo, de mejorar lo que hacemos en las aulas todos los días. También se habló de las virtudes (e inconvenientes) de las redes físicas. Al fin y al cabo, el EABE es un creador físico de redes a distancia.
Otro axioma en el entorno EABE es la maldad de los libros de texto. La idea número uno es que el libro de texto es natural e inevitablemente malo, siempre, y que impide toda actividad creativa. No estoy de acuerdo, aunque creo que es difícil encontrar un libro que esté bien. No sólo que sea de un nivel de dificultad adecuado para unos alumnos concretos, y más o menos de mi gusto: objetivamente bien, bien para unos alumnos ideales. Hay pocos así. Pero de libros de texto hablo otro día. Aquí se habló fundamentalmente de que los libros favorecen un método de trabajo pasivo y con todos los defectos de la educación tradicional. Lo que se plantea como alternativa al libro de texto es, fundamentalmente, el aprendizaje colaborativo (que los alumnos se ayuden y enseñen unos a otros), y el trabajo por proyectos. Los proyectos empiezan en «escribe una redacción sobre un tema que vas a tener que investigar tú porque yo no te lo voy a explicar», así que no hay por qué pensar que trabajar por proyectos tiene que ser necesariamente complicado. Dar clase de una manera que obligue a los alumnos a ser activos, intentando prescindir del libro de texto o usándolo solo como guía, es un reto, más un ideal al que intento llegar que la práctica diaria.
Se habló también mucho de familias, y aquí desgraciadamente estábamos hablando a quien ya está convencido, y si no dime a mí qué pintan unos padres echando un fin de semana metidos en un hotel hablando no de sus hijos sino del sistema educativo y la educación en general. Toma ya. Algo sí se dijo sobre la necssidad de los profesores de ser abiertos, de estar disponibles para las familias, y reconozco que en secundaria tenemos muy poca empatía con los padres de los alumnos que comienzan y terminan ciclo. Como no soy madre, no se me había pasado nunca por la cabeza la idea de que un padre puede estar muy preocupado o asustado simplemente porque su hijo cambia de centro o empieza etapa. Otros temas sí, pero no ese. Creo que debería haber más encuentros de padres y docentes no centrados en las notas, para que nos entendiéramos todos mejor.
Si algo cambiaría en los EABES del futuro es que sean más largos: intervenciones de 1 hora en vez de 45 minutos, y más descansos. Dos días en vez de uno y medio.
Al final, además de nuevos contactos vía twitter, después de dos días enteros de reposo las ideas que me quedan son sencillas, buenas para mis alumnos, y realistas: más TIC, más comunicación con otros profesores, más creatividad, más familia.
Fantástico el resumen, pero sobre todo, el análisis. Pones de relieve que las TIC fueron transparentes (en primer lugar, porque se cayeron de los temas de debate, aunque por poco) y segundo, que se ha conseguido uno de los grandes retos del EABE: la acogida, que es la clave para la apertura y la difusión.
Genial, de verdad.
María
¡Gracias! La verdad es que tenía miedo de sentirme desubicada y nada, ni por un minuto. Me impresionó la simpatía y la falta de aires de todo el mundo.