Cuando dividí en tweets una breve historia básica del feminismo, un par de personas me hicieron algunas preguntas que era difícil contestar en uno o dos tweets. Prometí una respuesta, o no me quedé a gusto con la que di, y aquí están los temas que surgieron.Mis disculpas por no presentar enlaces a los tweets correspondientes, pero el archivo de Twitter está un poco tonto hoy.
@akavania planteó dos cuestiones: primera, que si alguna vertiente feminista tiene el cuenta las diferencias biológicas y neurológicas entre hombres y mujeres, y en segundo lugar, lamenta que la sociedad ignore dichas supuestas diferencias en aspectos como las cuotas, las listas cremallera… en suma, en la paridad obligatoria.
A la primera pregunta, la respuesta es que, que yo sepa, sólo algunas feministas radicales han defendido cierta superioridad femenina basada en las diferencias Sencillamente, que para la supervivencia de la especie necesitamos úteros y semen o cigotos clonados, lo que hace al varón prescindible. Algunos estudiosos de la masculinidad, como Michael Kimmel, se han referido a la forma en la que la sociedad modifica las tendencias agresivas que la testosterona produce en hombres y en primates macho. La conclusión feminista suele ser que las diferencias biológicas se sitúan en un amplio espectro, es decir, que las mujeres no son una esfera y el hombre otra, sino que más bien somos como dos abanicos superpuestos. La existencia de mujeres en el ejército, por pocas que sean, y de hombres tímidos, descarta que haya algo «natural» en la personalidad, menos de forma universal. Por otra parte, cualquier característica que se haya atribuido a uno u otro sexo históricamente han variado de una cultura a otra. Incluso el concepto occidental de «instinto maternal» entendido como un deseo de tener hijos y un amor sentimental hacia los mismos no es más antiguo que la Revolución Industrial y no se da fuera de Occidente (ver «Global Woman» en bibliografía, o casi que no, porque es tela de deprimente).
Respecto al tema de las cuotas y la paridad, tengo dos opiniones. Una, que no tengo opinión, que me importa poco. Dos, que si me importa poco es porque es una preocupación muy característica del feminismo de segunda ola (recordemos: las mujeres como yo queremos tener los mismos derechos y posición social que los hombres blancos, sanos, relativamente ricos, y que son o aparentan ser heterosexuales). Me resbala cuánto poder político tengan las mujeres ricas, y si su poder político es causa de resentimiento entre los hombres en general y las mujeres pobres o sin poder, más vale que las mujeres ricas alcancen el poder por sus propios medios o que pongamos las ayuditas y los escaloncitos muy abajo en la escala (por ejemplo, ayudas especiales para mujeres muy pobres).
@bagaudas pregunta si estoy de acuerdo con todo lo que ha defendido la tercera ola. No, y además, sería tan imposible como ser un socialista que esté de acuerdo con todo lo que haya dicho cualquier autodenominado socialista en todo el planeta en los últimos doscientos años. El feminismo es un movimiento muy amplio.
Además me pregunta que cómo puede ser que creamos que estamos en un mundo hostil a la mujer cuando la mayoría de asesinados, presos, víctimas de crímenes violentos, sin techo, suicidas, y víctimas de accidentes laborales, y demás violencias, sean hombres.
Como dicen por ahí, «la culpa es del patriarcado». El patriarcado es al machismo lo que el capitalismo es a la pobreza. Es decir: es una macro-estructura que no sólo define la falta de poder de la mujer sino también qué es la feminidad, qué es la masculinidad, y las relaciones de poder entre los hombres. A los hombres se los engaña con la idea de que si son machos, pero machos machos de verdad, conseguirán por fin ser el Macho Alfa, el coche, la moto, y el chalet en Torrevieja (Alicante). Y por fin estarán fuera de todo peligro, ellos y su masculinidad. Es mentira, es el timo de la estampita, y algunos hombres (ya mencioné a Kimmel) y bastantes feministas (como las radicales más pacíficas) llevan algunas décadas intentando desmontarlo.
En fin, al grano: lo más fácil de explicar son los accidentes laborales. Primero, a los hombres se los educa desde bebés en ser irresponsables y en despreciar el peligro. También en la inferioridad de la mujer. Luego, cuando las mujeres quieren ser mineras, bomberas, obreras de la construcción, soldados o policías, los propios hombres les niegan la entrada en esas profesiones, o se la ponen difícil.
Los delitos violentos, los homicidios y los presos forman parte del mismo problema: la criminalidad. La respuesta es la misma: quienes cometen esos delitos son mayoritariamente hombres. ¿Y por qué? Mi intuición personal es que la sociedad occidental ha creado en la mujer conductas que están medicalizadas (depresiones, trastornos de la conducta alimentaria, hipocondría, cansancio crónico, debilidades variadas) y en el hombre, conductas violentas, criminalizadas. En un universo paralelo, al adolescente agresivo se lo mandaría al médico.
Por otro lado, un hombre que agrede a otro suele agredir a un desconocido. La violencia sistemática contra el hombre se da más hacia menores, discapacitados, enfermos mentales, o en ambientes cerrados como la cárcel o el ejército. En cambio, las agresiones hacia mujeres lo son normalmente específicamente porque son mujeres: violaciones, abusos, o violencia en el entorno familiar. Está destinada a controlarlas y lo hace muy eficazmente. Pregunta en un aula de 1º de carrera de cualquier universidad cuántas chicas tendrían miedo de darse una vuelta solas por la noche, y cuántos chicos. Los chicos también corren peligro, pero no se sienten controlados.
Sobre el suicidio, no lo sé, y me gustaría conocer una explicación. Sé que es cierto que los hombres se suicidan más a menudo que las mujeres y me sorprende, porque las mujeres tienden a actuar más «hacia adentro» (autolesiones, por ejemplo) que hacia afuera.
Frente a esto, ¿por qué aún así creemos que vivimos en un mundo hostil a la mujer? Por lo ya dicho sobre la violencia sistemática, y porque relativamente hablando, no tenemos ni el dinero, ni las tierras, ni los demás medios de producción, ni el poder político, ni los medios de comunicación de masas.
El próximo, bibliografía recomendada. Ahora, ¿alguna pregunta más?