No hay profesores a los que gusten mucho los libros de texto. Algún profesor que conozco, como @jlantinolo, los llama «libros detesto». A veces, especialmente ahora que tenemos a nuestra disposición recursos online, se habla de que sería mejor no usar libros. Y uno se preguntaría, ¿dónde está el problema, si los hemos usado toda la vida y no hemos salido tan mal? Pues bien, esta es mi opinión sobre cuáles son los problemas con los libros de texto.
Lo primero de todo: los recursos digitales son infinitos, ocupan poco o ningún espacio, muchos son gratis, y no se estropean con el uso. Los libros sí.
Como profesora de inglés, cuando cojo un libro de texto nuevo para ver si lo puedo usar, lo primero que observo es si tiene un grado de dificultad apto para mis alumnos. Las editoriales de libros de texto en inglés han decidido, en su sabiduría, que los libros fáciles tengan un aspecto más organizado con poco texto e imágenes y más fondo blanco, mientras que en los libros difíciles hay más fotos y más colorines. Observen el soso aspecto de English for you (fácil), y disculpen si no incluyo fotografías para comparar (que si derechos de autor, que si me puedo meter en un lío…). Pero si yo quisiera hablar de huracanes, o de Nueva Orleans, o del Katrina, en una clase de nivel bajo de la ESO, no metería poquito texto y una sola foto. Pondría poco texto y una docena de fotos, aunque fueran pequeñas.
La segunda gran diferencia entre libros fáciles y difíciles con la misma gramática es que los fáciles tienen menos actividades comunicativas. Como lo oyen. Los jóvenes con nivel bajo en inglés machacan gramática. Los jóvenes con nivel alto, pasan la gramática un poco por encima, y se dedican a leer y a mantener mini-diálogos. El libro más novedoso de nivel tirando-a-difícil de la misma editorial que English for You tiene seis actividades específicamente orales por unidad didáctica, mientras que el libro más novedoso y fácil, Build Up, tiene entre dos y tres. Algo parecido ocurre con las actividades orientadas a desarrollar las técnicas de escritura.
Resumiendo: los libros que las editoriales nos quieren colar como «fáciles» suelen ser muy malos. Terminar con éxito la educación obligatoria con uno de ellos no prepara en absoluto ni para apañárselas (servir un café, despachar en una tienda, ir de vacaciones al extranjero) ni para el Bachillerato.