Parte de la responsabilidad de mi éxito educativo posterior la tuvieron los profesores de Geografía e Historia de 2º y 3º de BUP. Los dos daban clase por apuntes, sin libro, y los dos revisaban los cuadernos, de entrega obligatoria pero sin nota numérica. Con el primero de los dos profesores, estuve dándome cabezazos con la pared un trimestre entero: por más que intentaba esmerarme con la letra, siempre me los devolvía con mala nota. Así que me harté y empecé a pasarlos a ordenador. Y me pasó lo mismo durante dos trimestres: dejaba la tarea de pasar a limpio hasta el último momento, me tiraba sin dormir la noche antes del examen, y no me daba tiempo a estudiar. Vaya, ni una sola relectura les daba.

  • Lección 1: Pasar a limpio a ordenador lleva tiempo, pero es una tarea más agradable que hacer codos.
  • Lección 2: Pasar a limpio es como leer tres veces, o mejor.

Al año siguiente, de nuevo sin libro de texto, hubo un cambio fundamental: los exámenes eran larguísimos, y de memoria. Historia de España. Con montones de temas sobre las idas y venidas en la Conquista. Y en todos los exámenes caía todo, es decir, siempre te jugabas el curso entero al próximo examen. Solución: hice una plantilla con un mapa de España pequeñito, de cartón, y cada vez que venía a cuento, dejaba un hueco para explicar esa fase de la invasión o de lo que fuera con un mapa de colores. Cogí mi colección de postales e ilustré los temas de Arte con fotos de cuadros y monumentos.

  • Lección 3: Mima tus apuntes incluso cuando de ellos no deriva una nota numérica. Que sean bonitos, si puedes. Vas a pasearlos mucho.
  • Lección 4: Añade cualquier cosa que esté relacionada y te guste, aunque no caiga en el examen.

Un poco más tarde, entré en la universidad y desarrollé una especie de taquigrafía. Todo lo que podía ser una abreviatura, lo era. Por ejemplo, «persona», una palabra que en 1º de Derecho oyes sopotocientas veces al día, era ps. El siguiente paso fue aprender a escribir sin la letra e. Es decir: s·gu·nt paso fue aprndr a scr·b·r sin la ltra E. Esto tuvo  ventajas añadidas:

  • Lección 5: cultiva unos apuntes sucios ilegibles. Eso te obligará a pasarlos a limpio y disuadirá a otros de pedírtelos. Los limpios se pueden copiar; los sucios son irremplazables y no se prestan.

Pasé por Derecho sin pena ni gloria y empecé Filología Inglesa, donde topé con un nuevo reto: el límite de papel en los exámenes del Departamento de Literatura.. Yo siempre he hecho exámenes muy cortos, voy al grano. Pero tengo la letra muy grande, y tenía que vigilar eso. Así que eché cuentas del tamaño de mi letra y cuánto texto me cabía en el folio por las dos caras en el que tenía que encajar cada tema de Introducción a los Textos Literarios Ingleses, comprobé cuántas líneas eran eso en Times New Roman pt11, y tmé eso como objetivo.
Primero, pasaba a limpio todo lo que hubiera apuntado en clase. Naturalmente, al coger apuntes en inglés y en otra área de conocimiento tuve que desarrollar abreviaturas nuevas (y mientras escribo esto, mis dedos casi quieren escribir dsrllar). Una vez pasado todo a limpio, se convertía en párrafos ordenados. Y entonces, a recortar sin compasión. Cada tema tenía que ocupar ni más ni menos de media carilla. Dos temas por carilla. Lo mismo un pequeño poema menor del siglo XVII que Shakespeare.

  • Lección 6: Hay apuntes para aprender y apuntes para aprobar exámenes. Distínguelos bien. Y ante la duda, haz una copia de seguridad de los apuntes de aprender, puedes necesitarlos más adelante.
  • Lección 7: El cuentapalabras es tu amigo.
  • Lección 8: el cortapega (de tus mismos apuntes) es tu otro mejor amigo.
  • Lección 9: a menos que la prueba sea ferozmente competitiva, presta tus apuntes con generosidad.  Tú los dominas; los otros tienen que aprenderlos. Puede que necesites que alguien te preste sus sucios. 

Y un par de años más tarde llegaron las presentaciones orales.

  • Lección 10. Las fases de los apuntes son: tomar apuntes en clase, pasar el sucio hasta que sea legible, revisar estilo, ajustar a una plantilla si el examen tiene límite de tiempo o papel, corregir erratas. Eso son cuatro lecturas.
  • Lección 11. Si un texto va a ser presentado oralmente o leído por otras personas, necesita siete lecturas: las cuatro de la Lección 10, y al menos tres más.

Y después llegaron las oposiciones, que en este sentido me enseñaron poco que no supiera ya.

  • Lección 12: la letra con la que imprimas los apuntes debe ser cómoda de leer, y necesitas un buen margen donde tomar notas. Siempre te vas a olvidar de algo.

Ahora, enseño a mis alumnos a tomar apuntes. Les cuesta. Son muy pequeños, y no están acostumbrados. No entienden por qué me tienen que entregar el cuaderno pasado a limpio, por qué está prohibido usar ciertos tipos de letra, por qué me da igual que puedan prestárselos unos a otros. Me da igual. Sé que en unos años ellos se van a acordar de mí como yo me acuerdo de los profesores que me enseñaron a coger apuntes.

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