Los jueves tengo: hueco, biblioteca, hueco, dos horas de clase. Llego una hora demasiado pronto porque sé que tengo muchas cosas que hacer.
En la sala de profesores está alguien que ha faltado tres días. No tiene buena cara. Dice que ha tenido gripe y que no se ha recuperado. Por faltar un día para ir al médico y por el par de días siguientes no pierdes sueldo, pero si falta más de 3 días o si le dan la baja, la de verdad, pierde el 50% del sueldo de todos esos días, desde la primera falta. Así que después de 3 días, ha vuelto.
Empiezo mi tiempo extra de hoy con una lista de tareas. Algunas son muy breves, pero son muchas y no me quiero olvidar. Me salen un poco más de 20 cosas. Empiezo por las más sencillas. Casi todo es papeleo. En algún momento hago un descanso cortito.
Tengo una vista de una madre. Normalmente, las reciben los tutores, pero siempre hay alguien que quiere ver a todos los profesores que han suspendido a su hijo o hija. Yo dejo hablar, esta madre viene con mucho que decir, y además yo quiero que todo quede muy claro. La atiendo durante unos 40 minutos y me quedo sin tiempo para ninguna de las tareas de peso que iba a hacer hoy. Ese es uno de los problemas de aprovechar los huecos: solo puedes dedicar ratitos breves, toca el timbre y a clase.
En la biblioteca hay más jaleo que de costumbre. Me siento el tiempo justo de registrar devoluciones y préstamos. Coordino a 6 niños que me ayudan en tareas diferentes (mover libros de sitio para colocarlos bien, pegar tejuelos). Mis ayudantes son un turno rotatorio, dos personas al día, y si hoy son tantos es porque hay más alumnos que se aburren y me preguntan si pueden ayudar en algo.
El día termina con dos horas seguidas de clase en 4º. Las dos clases trabajan por grupitos, muy tranquilamente. Yo superviso, voy de grupo en grupo y contesto dudas. Hay un poco de debate sobre porqué es machista y clasista llamar «señorita» a las profesoras. Dedicamos un rato a cantar.
Me voy a casa con una de las dos conserjes porque nos coge de camino. Me comenta algo sobre la vida social de la semana que viene y charlamos de naderías. Lo menciono porque sé que en otros centros, el profesorado y el personal no docente no se relaciona, pero en este instituto sí.
Las principales tareas que me llevo para casa son terminar de poner tres exámenes. Les doy mucha importancia y nunca pongo sin más los que vienenen el libro del profesor, les cambio cosas. Cuanto más me distancio del libro de texto en clase, más tengo que poner de mi parte al crear exámenes. En casa, completo el examen de tercero, y hago partes de los de cuarto y primero. El examen de cuarto me da muchos problemas: no usamos libro de texto y es muy fácil inventar ejercicios de gramática y vocabulario, pero los textos de comprensión lectora que tengo a mano (libros del profesor, internet) no se ajustan nada a lo que hemos hecho en clase últimamente. Tengo tres días más. Termino el día imprimiendo un par de cosas porque en el trabajo las impresoras están todas o rotas o desconectadas. No es habitual que les pase a todas a la vez.
Horas lectivas: 2.
Horas no lectivas: 2:30.
Horas reales trabajadas: 7:30 excluidos todas las pausas. Termino de trabajar sobre las 7:30.
Recursos que he echado en falta: un ordenador en el despacho. La calefacción. Una impresora sin tinta, dos estropeadas o desconfiguradas. No tener ordenador ni pizarra digital en dos aulas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *