Creo que ya he dicho que los martes son el peor día. Entro antes de la hora para hacer fotocopias de los exámenes de mañana sin agobiar demasiado a la conserje.
Me meto en clase con 3º, que está dispuesto a hacer un último intento de cantar su canción, no a cappella sino en modo karaoke. Están dispuestos, el problema es que mi grabadora ha escogido este momento para estropearse definitivamente. Cojo la grabadora de mi ordenador portátil. Cuando escucho lo que acaban de cantar, apenas se oye: está pensada para usarla como micrófono de la webcam y graba realmente mal el sonido ambiente. Pues nada. Jubilamos definitivamente esta canción.
Tengo dos opciones: usar mi móvil como grabadora, o comprar una. No sé si la usaría fuera del trabajo, y no sería justo comprarla para el Departamento si sólo la voy a usar yo. No tengo ni idea de cuál sería un precio adecuado. De momento tengo cerca de cien adolescentes motivados con esta actividad y me las apañaré con el móvil.
El resto de la clase transcurre sin novedad. A continuación, 4º: hacemos sesión de repaso por grupos, y les pido permiso para usar el móvil y descargarme una aplicación pasara usarlo de grabadora. Les hago hablar y compruebo que de momento nos apañaremos. Casi todos están ocupados haciendo una versión preliminar de la redacción que me van a entregar mañana.
Tengo un hueco en el horario a las 10:30 y otro a las 13:00. Los dedico, sobre todo, orednador libros y papeles. Parece que hubiera cosas mías desperdigadas por el instituto entero. Además, tengo tres bolsas (la del portátil, el bolso y la bolsa grande para llevar libros) con lo que el desorden se agrava. Ayudo a una compañera a entenderse con un pdf y la impresora. Empiezo a preparar una sesión de vocabulario para 4º de ESO, sobre delitos. Me la han pedido ellos. Fusiono el vocabulario de tres libros de textos distintos y añado más cosas, porque todos los delitos son contra la propiedad y quiero añadir un poco del tipo de acoso, maltrato, chantaje…
En la biblioteca me encuentro con la sorpresa de que una alumna que no conozco está castigada a ayudarme un mes. Es la segunda vez en dos años que se usa la biblioteca para castigar. La pongo a ordenar libros, y cuando termina, a leer. Más tarde, la compañera que la ha castigado me dice que dio una mala contestación. Algo que justifica un castigo, sí. A ver si se aficiona a leer, curioseando las estanterías.
Tras el recreo, Alternativa. Estamos viendo El Viaje De Chihiro, aunque tengo que coger a un corrillo y separarlos, cada uno a una punta de la clase, porque ni ven la película ni trabajan. Aprovecho que tengo el portátil para pasar a ordenador un texto de un libro de cuentos de miedo que trabajaremos en 4º en una o dos semanas.
A última hora, a las dos, tengo clase con 1º. Grabamos su canción. Después de grabar, montan muchísimo ruido y no se ponen en sus sitios para trabajar. Aviso de que si alguien vuelve a hacer ruido arrastrando mesas, pondré un parte. Salgo a la puerta de al lado a por un material y oigo un ruido repetido como si estuvieran demoliendo el instituto. Vuelvo, y un niño está levantando en peso una esquina de la mesa y dejándola caer contra el suelo. Le digo que tiene un parte. No reacciona. Más tarde pongo otro parte: una niña que no ha trabajado nada me dice que lo ha borrado, es fácil ver en el papel que es mentira. Le echa las culpas a la compañera: «ella trabaja y yo copio». Se empeña en sentarse con sus amigas y no donde yo le he dicho. Conclusión tras cuatro avisos de que se esté quieta: parte. Dice que no va a volver a trabajar y que si le pongo un parte mejor, que si la expulsan así no tiene que venir.
Una niña con adaptación, que sólo está en clase de inglés un día en semana y que sólo hace la tarea que le pone la «maestra de apoyo», me pide que le dé «fichas». Qué sorpresa. Su profesora de matemáticas me dice luego que con ella ha hecho lo mismo:
El resto de la clase monta muchísimo ruido. Y tengo que decir, otra vez más, otro día más, que si hacen un ejercicio del libro no deben copiar nada, sólo escribir las respuestas. Es imposible que me hagan caso: Si tienen que hacer un ejercicio del tipo «rellena los huecos de este texto larguísimo con la preposición correcta», copian todo el enunciado, todo el texto, y sólo entonces empiezan a leer, comprender y rellenar huequitos. Todos los días tengo que recordarle a alguien que no podemos desperdiciar nuestro valioso tiempo de clase en copiados.
El día termina con una comida para celebrar el cumpleaños de un profesor. Viene un tercio de la plantilla, incluida una conserje y el encargado del bar. Es un instituto con mucho compañerismo.
Horas lectivas: 4
Horas no lectivas: 2:30
Horas reales trabajadas: 6.30
Recursos que he echado en falta: la calefacción, como siempre. La grabadora. Un ordenador con proyector o una pizarra digital en 4º. Tener ordenador en el departamento de inglés. La impresora de la sala de profesores no funciona. La impresora de la biblioteca no tiene tinta. Más formación para saber qué hacer con el alumnado conflictivo. Otra clase de vida para la niña a la que puse un parte.