Una de las campañas intermitentes más constantes de la cuenta de twitter de la Policía Nacional es la relacionada con el sexting. Si quitamos los chistecitos, se resume así: para evitar que te chantajeen o avergüencen difundiendo tus fotos íntimas, no compartas fotos íntimas. Aquí se puede observar cómo, cuando el delito es de naturaleza sexual, la responsabilidad de evitarlo se atribuye socialmente a las víctimas potenciales. La policía no nos dice «para evitar que te roben en vacaciones, no viajes»: te recomiendan unas medidas de protección de tu casa que no son una molestia. No dicen «Para evitar que te atropelle un borracho, no salgas los fines de semana», sino que hacen campañas contra quienes conducen tras beber o consumir drogas. Ni te dicen que no vayas al fútbol porque está lleno de ultras sedientos de sangre, sino que avisan discretamente de que hay que tener «respeto» y que allí están ellos vigilando los estadios. Es una diferencia notable de la que ya he hablado antes.
Aquí se está perdiendo una buena oportunidad de educar de verdad sobre el sexting, así que lo vamos a intentar aquí. Estos consejos son, para variar, para la persona que envía sus fotos, o sus mensajes. No pretendo culpar a ninguna víctima de lo que le ocurra (suponiendo que las fotos que envíes sean mal utilizadas), sino ayudarte a que te diviertas con más seguridad.
- El sexting resérvalo para gente que conozcas muy bien, preferiblemente quienes conozcas en persona. En internet es muy fácil asumir una personalidad falsa y hay quien lo hace expresamente para estas cosas. Es sencillísimo mentir por internet. Las personas más vulnerables a esto son los menores de edad, aunque nunca se sabe.
- Recorta tu cara o cualquier otra cosa que te identifique de las fotos que mandes. Si alguien insiste en pedir una foto en la que salga tu cara como prueba de confianza o algo así, HUYE. Nadie puede pedirte pruebas de confianza, de este tipo o de otro.
- Hablando de pruebas: si alguien te pide fotos porque tienes algo que demostrar, corta la relación con esa persona. Esto es como el consentimiento sexual: ni «si me quisieras lo harías», ni «hazlo por mí», ni «¿es que no confías en mí?», ni nada. Si la relación depende de que cumplas los caprichos de quien te pide fotos, si por ejemplo te insulta o critica por no enviarlas («reprimida, egoísta, presumida»), termina la relación. No es una cuestión de proteger tu intimidad, sino de que quieren manipularte y no te respetan.
- Repito: trata el envío de fotos sexys como tratarías el sexo. Hazlo cuando te apetezca a ti, sólo si a ti te resulta sexy y divertido. Tu misión no es complacer a la otra persona, sino disfrutar juntos.
- Del mismo modo, rompe una relación con alguien que te envía fotos no deseadas. Trata el envío de fotos no deseadas como tratarías el sexo no deseado. Por tanto, si quieres tomar la iniciativa tú, pregunta primero.
- Borra las imágenes. Conserva los chats. Releer chats e emails te puede dar mucha perspectiva cuando estés intentando decidir si estás o no a gusto en una relación.
- Y por supuesto, el momento de recurrir a la policía es tan pronto como te amenacen o chantajeen.
Evidentemente, lo más seguro de todo sería no mandar nunca imágenes sexuales. También sería más seguro no salir nunca de casa. Con esto, como con cualquier conducta sexual, primero la seguridad, luego el consentimiento de todos los participantes tú incluido, luego el placer. Si te falta alguno de esos tres elementos, no merece la pena.