Las canciones son un material muy valioso en la clase de lenguas extranjeras. En este post voy a dar unos criterios sobre cómo escogerlas y algunas ideas sobre qué tipo de actividades hacer con ellas. Por si los vídeos no te cargan, te indico qué canción es en cada momento. Por supuesto, todo esto es aplicable a idiomas que no son el inglés, pero he preferido usar ejemplos reales que he utilizado en clase.

Primero, y aunque parezca una tontería obvia, la canción te tiene que gustar, y mucho. Da igual que le guste a los alumnos o que cumpla cualquier otro requisito: la vas a escuchar un montón de veces los próximos días, y si sale bien a lo mejor quieres repetir el año que viene, así que más te vale que te guste. Yo he acabado por aborrecer algunos de los clásicos de estas cosas, como por ejemplo Imagine. Llevo cuatro años con los alumnos porfiando para que la escuchemos en clase. No. Me niego. Si de mí depende no la volveré a escuchar nunca más.

John Lennon – Imagine.

Esto enlaza con la siguiente cuestión: ¿clásicos, o las canciones más modernas que los alumnos ya conocen? Es necesario encontrar un equilibrio. Las canciones más modernas pueden resultar motivadoras, pero puede que el año que viene ya no estén de moda y tu nueva clase vea tu magnífica «ficha» sin ningún entusiasmo. También puedes tener un poco de conflicto entre partidarios y enemigos de la estrella pop de turno, mientras que si les presentas una canción desconocida la recibirán sin ideas preconcebidas. Truco que me enseñó mi preparador de las oposiciones: si suena un clásico en un anuncio, no desaproveches la ocasión. Les encantará.
Queen – Don’t stop me now.

El siguiente aspecto no me he lo encontrado en ninguna guía. El alumnado de la ESO, acostumbrado a voces muy juveniles, rechaza las voces graves, roncas o ásperas. Les gustan las femeninas y luminosas. Por eso, si quieres poner un clásico con voces profundas de hombre adulto, busca alguna versión por ahí y presentas a la clase las dos para que conozcan el original pero trabajen la versión con voz clara y juvenil. En Youtube hay cosas sorprendentes, y en Spotify también. Poner en Google  «(title) cover versions» ayuda. Pon en favoritos la lista de canciones que se han ido cantando en la serie Glee. Y aquí un ejemplo que he usado con éxito.
Violeta (no es la de Disney) – Friday I’m in love.

La canción tiene que ser razonablemente lenta. Da igual cuánto guste una canción demasiado rápida, va ser muy difícil que puedan seguir el ritmo. Seguramente tendrás alumnos que te propongan escuchar rap en clase; suele ser un fracaso. A mí me ha funcionado más o menos bien un par de veces. Una de ellas, la ficha de trabajo la desarrolló un alumno muy valiente.
Eminem – Lose Yourself.
https://www.youtube.com/watch?v=vksfnZaZ0A4
Es mejor escoger canciones que tengan un tema claro; yo no usaría, por ejemplo, Beetlebum de Blur. Si la canción significa algo, en un ejercicio de escuchar el contexto ayudará a completar palabras o frases, y además podremos trabajar la comprensión lectora o global. Eso sí, las canciones sin sentido o extremadamente simples también pueden ser útiles para practicar pronunciación, o cantar por placer. Scar Tissue no es nada fácil de entender pero una vez se la aprendió un grupo de 4º y creo que fue productivo.
Blur- Beetlebum

Scar Tissue -Red Hot CHili Peppers

Las estructuras sintácticas deben ser de un nivel que los alumnos puedan entender: no es en absoluto necesario que puedas usar la canción como ejemplo para machacar una estructura lingüística, y a veces nos podemos pasar un poco de dificultad por arriba, pero es mejor evitar canciones que no se pueden entender sin dominar contenidos mucho más difíciles. Por ejemplo: Someone like you se puede trabajar sin haber visto el futuro con «will» en clase, pero si tampoco se conocen los pronombres indeterminados el trabajo se hará muy cuesta arriba.

Por último, es importante que la canción no tenga un mensaje ofensivo, racista, sexista… Esto puede ser obvio o no, por eso es importante que te leas bien la letra antes de comenzar cualquier actividad. Las palabrotas en sí para mí no son un problema; los mensajes sí.  Si la canción es una propuesta de la clase, es bueno aprovechar para comentar la situación. Yo descarté All about the bass para 2º de ESO porque habla de «skinny bitches», «zorras canijas», y la clase estuvo de acuerdo en que no era necesario insultar a las chicas delgadas para dar un mensaje de autoestima. Hay ejemplos peores, por supuesto; este es el último que me he encontrado en clase.
Meghan Trainor – All about the bass.

Bien, hasta aquí claro. La canción, clásica o moderna, tiene que tener una voz juvenil y alegre, ser razonablemente lenta y bien vocalizada, con una letra que signifique algo y que no sea ofensiva. No es necesario que «eduque en valores», ni que trabaje una estructura gramatical concreta. Ya tienes tu canción, ¿y ahora qué? Tendrás que esperar al próximo post.

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