Los martes empiezo a las 11.30 y los dos anteriores llegué al trabajo muy temprano. Hoy me lo tomo con más calma. Empiezo por ir a la biblioteca pública, que no está muy retirada de mi camino al instituto, a concretar una fecha para que los grupos de primero vayan a sacarse el carnet. Es casi la única actividad estraescolar que organizo, ya sea de inglés o de biblioteca. Por el camino también me cruzo con el padre de un ex-alumno, que me pregunta amablemente: «¿sigues aquí?». De los profesores que no somos del pueblo se espera que juntemos puntitos para el concurso de traslado y huyamos lo antes posible. No es hostilidad en absoluto, es a lo que están acostumbrados.
Una vez en el instituto, corrijo trabajos sobre los animales. Algunos son bonitos; me decepciona que algunos se han limitado a copiar un párrafo de wikipedia. Hago algún otro papeleo menor, y me voy a abrir la biblioteca. Hoy tenemos un recreo tranquilo, así que por primera vez en ni se sabe el tiempo, añado aplicaciones pedagógicas al catálogo. Estoy consiste en etiquetar los libros en el programa informático si me parece que pueden ser útiles a alguna asignatura. Empecé el año pasado, solo he repasado la cuarta parte de los libros, y Plástica ha sido la primera materia que ha utilizado mi información para recomendar lecturas optativas. También saco un pdf de la lista de retrasos en la devolución y mando un mail interno a ver si algún profesor sabe algo porque hay libros que no están registrados.
En la hora siguiente, un hueco, hago un horario de los verbos que voy a preguntar en empiezo a corregir exámenes de un grupo de primero, pero me interrumpe una reunión improvisada sobre un conflicto que afecta a un grupo entero. Doy mi versión, recojo la biblioteca, y a clase.
En primero, reparto los trabajos corregidos, explico otra vez (la tercera o cuarta) qué es un plagio y porqué uno de los trabajos lo devuelvo sin nota, y pasamos a hacer una lectura del libro que recuerdo que ha funcionado bien otros años. Sirve para introducir muchísimo vocabulario útil y a otras clases de años anteriores les gustó. El problema es que ahora quieren trabajar en español y algunos están muy nerviosos, haciendo bromas y distrayendo a quienes sí quieren trabajar.
En tercero, ejercicios a partir de la teoría de ayer. Un conflicto con alguien que se niega a leer en voz alta, a mirarme a la cara, a contestarme cuando le hablo, se deja sin resolver y con un cero en expresión oral. Para que la clase sea menos pesada, dedicamos los últimos diez minutos a ver cómo funciona Freerice y qué secciones son más útiles para ellos.
En casa, corrijo un examen de primero. Los resultados, igual que en la otra clase que corregí el fin de semana, mejoran el examen del tema 2. Tienen errores típicos de quien está interiorizando conceptos nuevos y no hay exámenes en blanco. Estoy muy contenta.
Horas lectivas: 2.
Horas no lectivas: 1:30.
Horas totales trabajadas: 6.