La autora inglesa Sarah Waters se especializa en imitar los estilos de épocas pasadas sin parodiarlos, adaptándose no solo a los temas sino a la manera de expresarse de corrientes literarias de los dos últimos siglos. Es decir, escribe lo que técnicamente se llaman «pastiches», lo que no significa que sus obras sean de mala calidad. Sus seis novelas publicadas son todas muy diferentes entre sí y algunas son una buena lectura para el verano.
Tipping the Velvet (El lustre de la perla, 1998) tiene detalles que la traicionan como primera novela: una estructura en tres partes muy simétricas entre sí, narración en primera persona… a pesar de sus detallitos «de novata», es una historia muy entretenida: las aventuras bastante gamberras y con un punto erótico de una inocentísima (al principio) lesbiana victoriana. Tiene toques de novela picaresca. Hay una miniserie en tres episodios de la BBC con un cuidado exquisito por los detalles y la ambientación.
Recomendada: si la idea de «lesbianas victorianas con un puntillo erótico» suena bien. Si te has leído todos los clásicos cómico-amorosos del siglo XIX y quieres más.
Affinity (Afinidad, 1999) continúa con la misma época y en su manera de describir una sociedad opresiva y mujeres tristes se parece un poco a Charlotte Brontë, aunque los ambientes no sean nada brontëanos. Cuenta la relación entre una señorita de la alta sociedad que hace obras de caridad porque se aburre, y la presa a la que visita en una cárcel de mujeres. Hay intriga y elementos sobrenaturales. Es muy, muy triste, yo aviso. También hay adaptación, esta vez una película.
Recomendada: Si quieres una historia victoriana deprimente. Si no te importa leer algunos topicazos en una historia con lesbianas (véase: finales deprimentes).
Fingersmith (Falsa identidad, 2002). Probablemente la mejor de las novelas situadas en el siglo XIX. ¿Qué habría pasado si Oliver Twist o La Dama de Blanco los protagonizara… acertaste, una chica lesbiana? Una historia con intriga y suspense que engancha mucho más que Afinidad, mucho más compacta y técnicamente más compleja que El Lustre de la Perla, acerca de una complicada estafa a un coleccionista de libros. La novela por la que empezar.
Recomendada: Si Dickens se te queda corto. Es ASÍ de buena.
The Night Watch (Ronda Nocturna, 2006). Yo lo siento, pero esta no fui capaz de acabarla. Parece que Waters alterne novelas buenas y malas (o entretenidas y tristes) y que haya que evitar las pares. Está escrita en orden cronológico inverso y empieza en 1947, con unos personajes que viven solos o peleados y se sienten fatal, así que sabes desde el principio que lo que vas a leer es cómo llegaron a sentirse tan mal (pista: hace dos años que acabó la guerra).
Recomendada: por mi parte, no.
The Little Stranger (El Ocupante, 2009). En español yo la habría llamado «El intruso» o «el desconocido». Y eso porque no se me ocurre una palabra de género más indefinido. Seguimos en los años 40: aquí el género imitado es «muchacho pobre y desclasado mantiene una relación complicada con una familia aristocrática, que se desmorona». Dos ejemplos ingleses son The Go-Between de L. P. Hartley (un pestiño insufrible), Retorno a Brideshead (quédate con la adaptación televisiva de los 80), y fuera de Inglaterra, el mejor ejemplo es sin duda El Gran Gatsby, aunque se escribió veinte años antes que las novelas inglesas y las diferencias de clase son de una naturaleza bastante diferente. La novela de Waters me parece mejor que ninguna de sus inspiraciones: un médico de origen social bastante bajo se va a vivir cerca de la mansión donde su madre fue criada. La familia de clase alta que siempre ha vivido allí está muy venida a menos, y la casa es muy difícil de mantener. Mientras el médico se hace amigo de la familia, ocurren todo tipo de fenómenos extraños.
Recomendada: Si quieres una historia gótica y melancólica muy bien ambientada. Si te gusta el terror psicológico manejado muy, muy despacito.
The Paying Guests (Los huéspedes de pago, 2014), no publicada en español. De nuevo, las relaciones entre una clase alta que ya no puede mantener el estándar de vida de antes de la guerra, y gente recién ascendida a la «clase media», esta vez en los años 20. Con unos agujeritos rotos en el muro que separaba las clases sociales, puede pasar cualquier cosa. Y pasa. Las críticas dijeron en su momento que era demasiado larga o que le faltaba chispa, y estoy de acuerdo en que le sobran partes, podría haber condensado un poco. La historia es muy buena y está bien contada pero se hace lenta.
Recomendada: Si quieres un thriller erótico (esa frase me ha sonado a años 90) con algunas escenas de sexo lésbico.
Así que para redondear: Si quieres lesbianas pasándoselo bien, El Lustre de la Perla y Falsa Identidad. Si quieres lesbianas pasándolo fatal, Afinidad y Ronda Nocturna. Si quieres intriga, con o sin lesbianas, Falsa Identidad, El Ocupante y Los huéspedes de pago. Ya tienes lectura para el verano.
Gràcias por la reseña.
Estoy empezando a leer Los huespedes de pago, ahora ya traducida, y me parecia o mal escrita o mal traducida. Es posible que sea por los «pastiches» que comentas. La seguiré leyendo, pero con otra visión.