¿Recordáis aquello de la carga mental y el «habérmelo pedido»? Si no sabes de qué hablo, te lo explico. El pasado mayo, la dibujante Emma Clit hizo un cómic que tienes aquí, sobre cómo para las mujeres, cada tarea de la casa es, como mínimo, doble: saber que hay que hacerla, coordinarla, delegarla, supervisarla, por un lado; y hacerla si es nuestra responsabilidad, por otra. Su título, «Me lo podías haber pedido», se refería a parejas masculinas que creen que hacen «la mitad de las tareas de la casa», pero nunca se encargan de nada por iniciativa propia.
Las fiestas son una época de enorme carga mental para quien administre las tareas domésticas, y aquí os sugiero una lista de tareas para que se observe cómo debe ser un reparto justo. Cada casa es diferente, pero estas son, en general, las tareas más habituales.

  1. Decidir donde y con quién se celebra cada festivo. Sólo decidir, sin organizar.
  2. Hacer regalos.
    1. Decidir qué comprar.
    2. Comprarlo.
    3.  Envolverlo.
    4. Multiplica por tu familia, la de tu pareja, y vuestros hijos en común si los hay.
  3. Organizar vuestro transporte.
    1. Sólo organizarlo. ¿Vais a viajar? ¿Os vais a encontrar atascos? ¿Qué hacer para evitarlos?
    2. Si vais en coche, ponerlo a punto. Si vais en transporte público, comprar billetes o comprobar horarios.
    3. Hacer las maletas de cada miembro de la familia.
    4. Si vais en coche, conducir.
  4. Saber quién está invitado a vuestra casa, y cuándo. Sí, saber quién viene a merendar el día 2 de enero es una tarea, porque hay que coordinar con todas las tareas restantes.
  5. Planear qué se va a comer durante toda la quincena, y comprar los ingredientes.
  6. Cocinar.
  7. Tener la casa lista para recibir invitados.
    1. Decoración.
    2. Limpieza, orden, suministros de todo.
  8. Limpieza post-fiesta.
  9. Tener lista la ropa de fiesta.
    1. Puede ser comprarla, o asegurarnos de que está limpia y planchada y es la talla correcta.
    2. La tuya.
    3. La de tu pareja.
    4. La de los niños.
  10.  Mantener una comunicación fluida con todas las personas con las que vais a quedar, en sus casas, las vuestras, o en la calle.
    1. Enviar felicitaciones, si queréis.

Lo que aquí queda formulado como diez tareas puede expandirse si se considera el trabajo de cada uno de los días festivos, pero sirve como aproximación general. A lo mejor se te ocurren más tareas, sobre todo si tienes hijos.
Ahora puedes hacer lo de siempre, es decir, hacerlo casi todo y maldecir, y decir que el año que viene la Nochebuena la va a organizar Rita porque tú te quedarás en casa viendo pelis tú sola, o puedes coger el toro por los cuernos. Coge esta lista e imprímela. Ahora coge la agenda, el móvil, papel, bolígrafos, y a tu pareja en un momento de buen humor y con tiempo por delante. Y explícale que  lo justo es que hagas la mitad de las tareas, y que eso no es «yo cocino y tú limpias».
Cuando hayáis hablado todo lo que tengáis que repartir, haz la mitad. Sólo la mitad. Presta especial cuidado a la coordinación y cubriros el uno al otro si os comunicáis un despiste. Apuntad recados en un lugar bien visible. Pero sobre todo, no hagas más de la mitad.
Felices fiestas.

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