Esta fruta
que pudo haber sido
metáfora del deseo, de lo prohibido
en épica, en lírica,
en canción.
Esta fruta
que tal vez pudo haber sido
metáfora del descanso tras el trabajo
que con un poco de esfuerzo y originalidad
habría incluso ejemplificado
una explotación neocolonial.
Esta fruta no satisfizo sus ansias
de llegar a musa.
En su lugar se la comió
una madre que despertó tres veces en la noche
(de la segunda ni se acuerda, medio sonámbula)
y comió sobras calentadas
tras una mañana
que incluyó juegos en la plaza
y no recuerda poemas
sin gatitos ni trenes.
Fue compartida con un niño
que pedía MÁS
y aún no sabía
decir CIRUELA.

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