Jane Austen sería Miss Austen para los desconocidos y Miss Jane en su círculo social. Solo sus familiares la llamarían «Jane».

Los nombres ingleses nos parecen ahora bastante fáciles; desde luego, más fáciles que los españoles, con segundos apellidos, apellidos compuestos y demás. En el siglo XIX y en la alta sociedad, con qué nombre nos dirigimos a los demás está lleno de sutilezas derivadas en parte de la ausencia de un tratamiento respetuoso como «usted», y no es lo mismo Mary que Miss Mary.

Empecemos con las mujeres: cuando están solteras, la hermana más mayor o la única hija es Miss + apellido y las demás son Miss + nombre, para distinguir en caso de posible confusión. Eso significa que en Orgullo y prejuicio, en general solo Jane es Miss Bennet, y Lydia es Miss Lydia o Miss Lydia Bennet dependiendo de si tu interlocutor sabe de quién estás hablando o no. Llamar Miss Smith a la más pequeña en público es una metedura de pata, porque es faltarle al respeto a la mayor. Esto es flexible, depende de si esa hermana mayor está presente o no, claro, pero en Cranford de Elizabeth Gaskell salen unas ancianas hermanas solteronas que siguen siendo Miss Jenkins y Miss Matty.

Una mujer casada es Mrs John Smith en un contexto extremadamente formal, Mrs Mary Smith si quieres identificarla, Mrs Smith el resto del tiempo. Tienes que tener muchísima confianza para usar el nombre, al nivel ser de la misma familia, o una amiga íntima.

Sobre qué tipo de trato se considera familiar, equivalente a nuestro tuteo, hay una muestra curiosa en Emma de cómo hablar con confianza, porque una regla importante es que un trato formal o informal también se depende de terceras personas con las que estemos hablando. Es decir: si Bingley, que es amigo de la familia Bennet, se cruza por Meryton con Charlotte Lucas, que no es su amiga, solo su conocida, le dirá «saludos de Miss Elizabeth Bennet». Decir «Saludos de Lizzie» sería irrespetuoso hacia Charlotte. En otras palabras: incluso si tienes un trato íntimo con Anne, si estás hablando de Anne con una persona que NO es íntima tuya, NO dices «Anne». Subes al nivel de respeto de tu interlocutor. Como decía, Emma en su novela monta en cólera porque alguien le habla con todo lujo de detalles de «Jane Fairfax». Da igual que te criaras en la misma cuna que Jane Fairfax: decirle eso a Emma es equivalente a tutearla. A Emma. Sí, te quedas a cuadros. Emma se queda pensando «que se atreva a decirle a nadie «porque Emma Woodhouse esto y lo otro»!! Esta regla se aplica a tu pareja. Por eso, cuando los Bennet se tratan de Mr y Mrs, no se están tratando de usted exactamente, sino que si hay delante gente que no sea familia, incluidos los criados, lo elegante es dar el trato formal. Así que dejas el nombre propio para la intimidad. «Mr B» existe pero se considera vulgar.

Cómo hablar de hombres. Los niños van aparte, y son Master Smith si son el mayor y Master John si son el único, o cualquiera que no sea el hermano mayor. Este tratamiento de Master es solo para niños pequeños y decae a lo largo del siglo. Con los adolescentes, tal vez se usa el nombre completo en familia, Mister Smith con el servicio y el apellido a secas en un contexto académico. En Jane Austen, es decir en la Regencia, es pronto para ver ejemplos de esto último, pero en los autores victorianos abunda. Por orden de menos a más confianza, si hablas con él es Mr Darcy, Darcy, Fitzwilliam. Si hablas de él, Mr Darcy, Darcy o Fitzwilliam Darcy.

Lo íntimo que resulta llamar a alguien por su nombre se transmite muy bien en la serie The Bridgertons. En el segundo episodio, el duque, que es «the Duke of Hastings» siempre, «Hastings» si eres su amigo y «Your Grace» si no lo eres, propone a Miss Bridgerton que lo tutee: «¿No te parece, Daphne?». A ella se le atraganta el «Vale, Simon» que le suelta como si lo estuviera insultando. Y sí, es una ruptura del protocolo bastante grande y esa pequeña tontería genera mucha tensión dramática, romántica, sexual y de lo que quieras.

Ya que mencionamos a un duque, un par de detalles sobre los títulos: igual que en las pelis americanas, los médicos son siempre Doctor. Los curas son Father en persona, Reverend o Rev. por escrito. Los títulos nobiliarios son un lío, pero lo fundamental al leer las novelas es que a un «Sir» se le llama por el nombre: Sir Humphrey. Si alguien se hace llamar Lord, es barón y se le nombra por el apellido: Lord Osborne. Ahora, lo complicado: la mujeres de Sir John y de Lord Osborne son Lady Smith y Lady Osborne, respectivamente, pero si un título pertenece a una mujer por derecho propio, puede ser Dame Anne (equivalente a Sir) o Lady Anne. De esto último tenemos dos ejemplos en Jane Austen, la novela de juventud Lady Susan y el destestado personaje Lady Catherine de Bourgh. Habría sido más sencillo llamarla solo Lady Catherine, pero el primo Collins es un pedante.

Puff, y todo esto antes de poder presentarnos. Sobre quién presenta y quién visita a quién, ya habrá otra entrada.

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